jueves, 16 de mayo de 2013

El beneficio de las abejas a través de la polinización

Las abejas durante todo el año nos benefician con la polinización, pero en la primavera esta en su máximo apogeo, vamos a explicar los tipos de polonización que hay aparte de las que realizan las abejas, además de intentar cuantificar las flores que pueden llegar a polinizar y el beneficios que ello supone para la biodiversidad.

LA POLINIZACIÓN es el proceso de transferencia del polen desde los estambres hasta el estigma o parte receptiva de las flores en las angiospermas, donde germina y fecunda los óvulos de la flor, haciendo posible la producción de semillas y frutos.



El transporte del polen lo pueden realizar agentes físicos como:
El viento: plantas anemófilas, 
El agua: especies hidrófilas, 
En animal: plantas: zoófilas

Y dentro de las zoófilas podemos diferenciar tres animales polinizadores:

Si son pájaros se llaman: ornitolofilia
Si son murciélagos; quiropterofilia
Y si son insectos: Entomofilia

En nuestro caso nos vamos a centrar en la polinización entomofilia, que muchas veces es confundida con la zoofilia, debido a que la mayoría de las plantas son polinizadas por insectos.

Debemos de tener en cuentas que la diferencia entre las flores melitofilas que tienen un conjunto de caracteres en las plantas (espacio para posarse, unos colores amarillos, azules o blancos, un olor suave…) que atraen a insectos himenópteros, en particular abejas y avispas, con el termino entomofilia a todos los insectos.

Después de este repaso, vamos a descubrir la importancia de la abejas en su función polinizadoras, una colmena tiene una media de unos 60.000 individuos, de los que 2/3 (unos 40.000 aproximadamente) más o menos salen todos los días a por polen y néctar, con una frecuencia diaria de 15 ó 20 viajes, durante cada uno de los cuales visitan de 30 a 50 flores. Una vez hechas las cuentas, para una sola colonia, en un día alcanzamos ya la magnitud de millones de flores visitadas diariamente.

Si consideramos, por experimentos realizados, un radio medio de trabajo de 1.500 m, cada colmena se encargaría de 700 hectáreas de terreno.

Si además tenemos en cuenta que cada flor cede a la abeja néctar en cantidades que se miden en miligramos, para cada kilo de miel hacen falta cientos de miles de visitas.

1 comentario:

  1. Está claro, allí donde no hay abejas, la vegetación tiende a desaparecer y si no que se lo digan a los agricultores.

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